martes, 7 de junio de 2011

Hacia nuevos esquemas de inmigración


La actual y creciente presión por parte de los cuantiosos migrantes que desde lugares de origen conflictivos, o simplemente en busca de oportunidades de subsistencia, nos inducen a los profesionales del diseño arquitectónico y urbano, a plantear soluciones de movilidad y acomodo territorial a partir de cambios drásticos en la organización poblacional existente.

Desde una percepción basada en las actuales estructuras políticas, la presente propuesta perecerá un flagrante atentado a la soberanía de las naciones europeas, tal y como las conocemos hoy en día.

Antes de proceder, es importante recordar que muchas de esas mismas naciones ejercieron, a su vez, como invasoras y colonizadoras de tierras lejanas y habitadas por personajes considerados inferiores –de acuerdo con las descripciones europeas de entonces–. Sin embargo, y haciendo uso de los postulados de justicia internacional emanados de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), hoy podemos afirmar que la soberanía de todos esos pueblos fue claramente violada por los invasores, aún cuando no era reconocida como tal en su momento, ni los juicios de valor emitidos entonces se apoyaran en las mismas ordenaciones que surgirían posteriormente.

Punto Primero: Las actuales nociones de derechos están íntimamente ligadas al principio de ciudadanía o nacionalidad. Se cuenta con derechos dentro de unos límites políticos reconocidos en la medida en que se cuente con una carta de nacionalidad.
. 1. En la Edad Media la sociedad se encerraba dentro de fuertes murallas protectoras. Dentro de ellas se agrupaban las familias dignas de hacer ciudad, y ser ciudadano significaba pertenecer a las clases acomodadas por nacimiento, como privilegio concedido por el azar del destino. El resto de la población, alojado en los alrededores de la muralla, dentro del bosque, no tenía acceso a las prerrogativas de los señores feudales, o ciudadanos.
. 2. Durante la Ilustración, las diferencias por razones nobiliarias fueron combatidas abiertamente para derrocar el azar del estatus por nacimiento hasta alcanzar los principios modernos de igualdad universal, pero siempre dentro de las fronteras nacionales. Fue entonces cuando las fronteras políticas de las naciones pasaron a convertirse en las modernas murallas feudales y, a pesar de inevitables diferencias clasistas en su interior, las declaraciones constitucionales se convirtieron en garantías para otorgar derechos y deberes al alcance de todos sus habitantes. En Europa esto se hizo evidente, en particular, a través de los conflictos armados de la primera parte del siglo XX, donde las fronteras nacionales eran indiscutibles.
. 3. Sin embargo, con la posterior integración de la Unión Europea, las barreras infranqueables se han trasladado al perímetro de esta gran zona, pasando a marcar la división entre los habitantes comunitarios y los habitantes externos. Externos y ajenos a los privilegios reservados para el viejo continente, lo que en los últimos años se ha recrudecido hasta generar lo que se conoce como la política del cerrojo. La situación actual, por tanto, no es muy distinta a la vivida en el Medioevo. Los privilegios que otorgaba un título nobiliario de entonces equivalen a los privilegios otorgados por un pasaporte o una carta de nacionalidad actual.

Punto Segundo: La creciente ola de protestas, pugnas y cambios en los países árabes que en poco tiempo han depuesto a tres vetustos presidentes y han hecho movilizarse a miles de pobladores de sus territorios, tratando de encontrar seguridad y futuro para sus familias, ha acelerado lo que en años recientes había venido siendo un goteo, aunque constante, de migraciones hacia la Europa continental. Situaciones distintas pero con similares resultados se viven en otras latitudes del planeta que provocan la movilidad de sus pobladores. En España, si bien con momentos más o menos intensos, la política que afronta la llegada de inmigrantes ilegales es permanente y con un nivel intenso de actividad durante todo el año. Y, sin embargo y dadas las circunstancias al día de hoy, ya no se trata de trámites y protocolos diplomáticos. Se trata de seres humanos desarraigados en busca de territorio, en busca de un rincón del planeta donde establecerse al que todos tenemos derecho, quienes han nacido dentro o fuera del mundo desarrollado. No es cuestión de ideologías, de deudas históricas ni revanchas, de dádivas ni contratos. Es cuestión de compromiso con los Derechos Fundamentales del Hombre para asegurar un mejor futuro global.

Punto Tercero: Está visto que la tendencia hacia la integración de los inmigrantes en la estructura actual de la moderna ciudad occidental ha resultado, en su generalidad, un fracaso. La incompatibilidad, conforme a lo visto hasta ahora, es un hecho. El resultado es una evidente estigmatización del inmigrante, y todo conflicto derivado de ello es leña para las posturas críticas que buscan denigrar su presencia dentro de la sociedad urbana. La no adaptación a las costumbres locales y sus dificultades de lengua y/o acomodo en el mercado laboral les ha empujado a recluirse en cuarterías urbanas sobrepobladas o en cinturones de miseria. Está claro que tanto para el ciudadano promedio como para el mismo inmigrante su presencia dentro de la vida citadina occidental es fastidiosa y, a pesar de ser tolerada por ambas partes, no deja de ser incómoda.

Punto Cuarto: Como una de las acciones factibles a tomar por Europa en su conjunto se contempla la definición de áreas específicas extra urbanas en diversos países en dónde ubicar a los inmigrantes provenientes de los lugares de conflicto y/o subdesarrollo. La Unión Europea, como depositaria del potencial de las naciones que representa, fungiría como ente financiera del establecimiento de los lugares en los países destinados para ello. En el caso de España, esos asentamientos, aún manteniéndose como territorio español, fungirían como espacios comunitarios bajo un esquema de comodato. Los conceptos políticos de muralla, cerrojo, puerta cerrada y otros, quedarán en el olvido, dando pie a nuevos esquemas de distribución política y libertad de movimientos transnacionales, donde prime la persona de los migrantes sobre su nacionalidad.

Punto Quinto: Los posibles esquemas de establecimiento poblacional deberán satisfacer tanto las conveniencias del país receptor como las capacidades y ventajas de los inmigrantes, dentro de un nuevo marco legal respecto al uso del territorio.
. 1. Uno de los fenómenos causados por la Revolución Industrial fue el movimiento de la población de los diversos medios rurales a las ciudades. Ese traslado ha sido lento pero permanente, llegando a superar en 2007 la población urbana a la rural a nivel mundial. En las ciudades de España vive actualmente casi un 70 % de su población total.
. 2. Lo anterior ha causado que muchos pueblos españoles se hayan visto muy disminuidos en población y muchos otros se encuentren en completo abandono. Estos últimos vivieron un proceso de gestación, crecimiento, madurez, y no pocos gozaron de la robustez y encanto del que algunos otros que hoy en día son florecientes centros urbanos. Algunos de estos pueblos abandonados incluso guardan restos pétreos del tiempo del Imperio Romano.
. 3. Los inmigrantes venidos de lugares en conflicto o con escasa oferta de subsistencia tienen relativa poca experiencia viviendo en ciudades desarrolladas. Son personas más bien afines al medio suburbano y rural. Por ese motivo, y como opción de acuerdo bilateral, pudiera encomendárseles el repueblo de algunos de estos sitios como aquel asentamiento donde establecer lo que daremos por llamar Distritos de Acogida y Asentamiento para Inmigrantes (DAAI), con la intención de revivirles y, por parte de los nuevos habitantes, auto mantenerse y cultivar su desarrollo cultural como comunidad amparada en el territorio español.
. 4. En la zona del norte de la provincia de Guadalajara, cerca de su frontera con la provincia de Soria, se localizan tres pueblos abandonados. Se trata de Querencia, Tobes y Torrecilla del Ducado. Se encuentran al norte de Sigüenza, al sur de Almazán y al oeste de Medinaceli. Por sus características geográficas y por las comunicaciones existentes, se proponen aquí como los primeros asentamientos para satisfacer los postulados de este proyecto bajo el estatus de Distritos de Acogida y Asentamiento para Inmigrantes.

Punto Sexto: A partir de lo bosquejado arriba, se plantearán las bases para el establecimiento de los DAAI y se esbozarán algunos principios de definición física y de funcionamiento para la recuperación de cada una de las poblaciones arriba mencionadas, a manera de ejemplo de lo que pudiera llegar a ser un programa global de recuperación de pueblos abandonados y de reorganización política de las fronteras para favorecer la inmigración, la acogida y el desarrollo de personas nacidas en el desamparo. Es necesario argüir que los planteamientos físicos deberán contener valores poéticos y culturales inherentes a los habitantes/usuarios de estos sitios, y que dichas soluciones serán aportaciones de arquitectura con una profunda dialogía subyacente, capaz de organizar su contemporaneidad.